El undécimo concierto de temporada de la Orquesta Filarmónica de Medellín nos invita a un viaje sonoro que inicia en el continente europeo y culmina con todo el sabor del Caribe colombiano. El sábado 9 de noviembre de 2025, el Teatro Metropolitano será el escenario donde la directora colombiana María Camila Barbosa conducirá un programa que celebra la diversidad musical a través de distintos tiempos y territorios.
La fuerza de la ópera italiana abre la tarde con la Obertura de La Forza del destino de Giuseppe Verdi, una obra cargada de dramatismo y energía que marca el inicio de esta travesía. Luego, el compositor colombiano Ludsen Martinus nos transporta al corazón del Caribe con su Concierto para marimba, interpretado por el percusionista colombiano José David Rodríguez, una obra que entrelaza tradición y modernidad en un diálogo vibrante entre la marimba y la orquesta.
El recorrido culmina con la Sinfonía n.º 35 “Haffner” de Wolfgang Amadeus Mozart, una pieza llena de vitalidad y elegancia que refleja el espíritu festivo de su época y cierra este viaje con un regreso a la esencia del clasicismo europeo.
Antes de esta presentación, conversamos con el solista José David Rodríguez Ramírez.
entrevista a José david rodríguez ramírez

F: La marimba tiene una voz profundamente ligada a nuestras raíces. ¿Qué representa este instrumento para ti y cómo se ha transformado en tu vida como intérprete?
JDR: Para mí, la percusión —y en especial la marimba— representa una catarsis directa de lo que soy y de mi historia. Tocar marimba siempre fue un reto, pero con el tiempo se ha convertido en parte esencial de mi voz artística. Es un instrumento con una riqueza tímbrica enorme y con el que siento que puedo expresar y crear mucha música.
F: El Concierto para marimba de Ludsen Martinus combina lo sinfónico con los ritmos del Caribe. ¿Cómo logras equilibrar esa fuerza tradicional con el lenguaje de una orquesta?
JDR: Creo que lo he logrado gracias a mi curiosidad por todos los géneros musicales. Cuando inicié en la música lo hice tocando repertorio colombiano, especialmente de la región andina, y aprendí a tocar percusión, bandola y algo de tiple. Todo eso me dio herramientas de estilo que luego fui complementando con viajes y estudios formales.
Soy percusionista sinfónico y también director de orquesta, y desde ese perfil siempre me ha interesado cómo los elementos de la música tradicional pueden integrarse al lenguaje de la escritura orquestal o de cámara. Admiro, por ejemplo, cómo Mahler incorpora melodías populares y recuerdos de su infancia en su obra, y Ludsen hace algo similar: es un artista que conoce profundamente su territorio, su identidad y su lenguaje, y eso se refleja en composiciones que siempre suenan frescas y auténticas.
F: ¿Qué emociones o imágenes quisieras que el público experimente al escuchar esta obra por primera vez?
JDR: Quiero transmitir la fuerza viva de la madera en una marimba de concierto; el eco de ese viaje africano que antecede no solo la música antillana, sino también el origen del instrumento. Que el público sienta los “bichitos” volando sobre el agua estancada de los barrios bajos de Cartagena, la voz lejana del Joe Arroyo, el silencio que anuncia la cadencia… y la celebración final, llena de baile, movimiento y vida.
F: Compartir escenario con la Filarmónica de Medellín en un programa que une a Verdi, Martinus y Mozart debe ser toda una experiencia. ¿Cómo la describirías desde el atril del solista?
JDR: La Forza del destino abre este concierto, y su título no podría ser más simbólico: es el destino tocando a la puerta. Desde que conocí el repertorio, sentí que el destino me ha unido a Filarmed desde hace casi diez años. He crecido junto a esta orquesta, primero desde la fila de percusión, y ahora tengo el honor de ser solista en un programa que siento profundamente familiar. Además, amo la música de Mozart: este repertorio llevará al oyente por muchas emociones, desde la intensidad de Verdi hasta la frescura y la luz del clasicismo.
F: La temporada se llama Raíces, y este concierto cierra ese viaje sonoro. ¿Qué “raíces” personales o musicales sientes que te acompañan en este momento de tu carrera?
JDR: Con este concierto siento que estoy volviendo a mis raíces, cumpliéndole a ese niño que vivía en Paipa y estudiaba todos los días sin parar. Son raíces que crecieron y hoy son mi fundamento: la base sobre la que sigo construyendo cada nota, cada concierto y cada emoción que quiero compartir con el público.
