Las clásicas no lloran: un encuentro con Glass Marcano y Gabriela Ortiz

Más que un concierto, Las clásicas no lloran es una declaración de identidad, poder y futuro. La música sinfónica se transforma sin perder su alma, guiada por mujeres que reescriben la historia: Glass Marcano en la dirección y Gabriela Ortiz en la composición.

El viernes 2 de mayo, el Teatro Metropolitano será testigo de esta energía renovada. Desde el podio, la venezolana Glass Marcano liderará a Filarmed, mientras que Kauyumari, obra de la compositora mexicana Gabriela Ortiz, resonará como parte del programa. Ambas artistas conversan sobre su visión de la música, la dirección orquestal y la urgencia de una mayor representación femenina en la escena clásica.

Ambas han hecho historia: Glass fue la primera latinoamericana en dirigir la Filarmónica de Bruselas, y Gabriela ganó el Grammy 2025 a la Mejor Composición Clásica Contemporánea por Revolución Diamantina, estrenada por la Filarmónica de Los Ángeles. Juntas, son testimonio del presente vibrante y el futuro prometedor de la música sinfónica.

Glass Marcano: La dirección como un reflejo del alma 

Filarmed: La Temporada de Conciertos 2025 de Filarmed se denomina “Raíces”. ¿Para usted qué simboliza este concepto? 

Glass Marcano: Estaré en casa. Los latinos somos uno, y si estoy en Colombia, automáticamente estaré en Venezuela. Volver siempre será para mí la verdadera alimentación del alma. Hehehe, y es muy sencillo: estaré en mis raíces. 

La única diferencia entre nosotros está en el acento: “Qloq, mano” en un lado, “¿Qué hubo, parce?” en otro. Hahaha. ¡Estoy feliz de ir a Medellín! 

Después de tanto tiempo en Europa, Latinoamérica sigue siendo mi hogar… y la casa siempre se extraña. 

F: Como directora, ¿cómo traduce las emociones en su interpretación y en la conexión con la orquesta? 

GM: Para mí existen tres miradas hacia mi interior: primero, el momento en el que estás frente a la obra; segundo, la reflexión personal que surge de la obra; y tercero, la conexión con la orquesta. Es un proceso de transmisión de sentimientos donde cada pensamiento propio se funde con el colectivo musical. 

F: En la Sinfonía n.º 3 “Escocesa” de Mendelssohn, la nostalgia y la melancolía son clave. ¿Cómo aborda esta obra? 

GM: Más que nostalgia, para mí es un homenaje. Mendelssohn retrata una historia desgarradora, marcada por la batalla entre católicos y protestantes y la figura de la reina María Estuardo. Es un tributo a quienes fueron víctimas de este suceso histórico. 

F: El programa incluye Kauyumari y Radiografía, dos piezas con visiones opuestas sobre la pandemia. ¿Cómo enfrenta estos contrastes? 

GM: Siempre he dicho que el alma de una directora proviene de su identidad como persona. Reinventarse como ser humano implica también reinventarse como artista. Y lo más curioso es que esta transformación no viene de un evento extraordinario, sino de los cambios sutiles de la vida diaria. 

F: Este concierto equilibra el repertorio europeo con la riqueza de la música contemporánea latinoamericana. ¿Cómo cree que este diálogo de estilos y épocas influye en la experiencia del público? 

GM: Nuestro público latino es muy flexible y abierto a todos los estilos, así que estaremos en nuestra zona de confort. Más que un impacto, creo que será un verdadero goce… ¡una chimba, parce! 

F: Es su primera vez con Filarmed. ¿Qué expectativas tiene? 

GM: Hehehe, mira, la verdad no suelo chequear las orquestas antes de ir, porque cada una tiene su propio mundo, y para descubrirlo hay que vivirlo. Pero lo que sí te puedo decir es que es un gran y placentero honor conocer a la orquesta. 

Y parce… ¡es Medellín! Donde todo es muy cool e impactante. 

 Gabriela Ortiz: La música como acceso a lo intangible 

Gabriela Ortiz, ganadora del Grammy por Revolución dinamita, explica la inspiración detrás de Kauyumari, una obra que evoca el ciervo azul, figura central en la cosmovisión huichol, y el retorno de la música en vivo tras la pandemia. 

“Mientras componía esta pieza, observé una vez más cómo la música nos permite acceder a lo intangible, curar nuestras heridas y conectarnos con lo inexplicable.” 

En la tradición huichol, Kauyumari es un guía espiritual que, tras una peregrinación, se transforma en peyote, permitiendo la conexión con los antepasados. Inspirada en esta idea, Ortiz incorporó una melodía huichol de la familia De La Cruz dentro de la orquestación, haciéndola evolucionar hasta volverse irreconocible, reflejando el viaje del ciervo azul y el efecto del peyote en la conciencia. 

Para Ortiz, Kauyumari es más que una obra musical: es una celebración de la música como un puente hacia lo invisible y una reafirmación de que, pese a las interrupciones, la vida y el arte siempre encuentran su curso. 

La música en “Las clásicas no lloran” 

  • Kauyumari – Gabriela Ortiz 
  • Radiografía, concierto para guitarra requinto y orquesta de cuerdas – Juan David Osorio 
  • Sinfonía n.º 3 “Escocesa”, Op. 56 en La menor – F. Mendelssohn 

Directora: Glass Marcano (Venezuela) 

Guitarra requinto: Juan David Osorio (Colombia) 

El concierto

Disfruta de “Las clásicas no lloran” con tarifas accesibles para todos:

  • Boletería desde $44.000 para público general y $25.000* para estudiantes.
  • Afiliados a Comfama pueden acceder a boletas desde $9.900.
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