¡Azúcar, orquesta y fiesta para todas las generaciones!
Este año, la Orquesta Filarmónica de Medellín explora nuevas sonoridades y fusiona géneros que han marcado nuestra historia musical. Y qué mejor manera de hacerlo que con un homenaje a la salsa, ese ritmo convertido en fenómeno universal y que sigue vivo en el corazón de muchas generaciones.
En el mes del amor y la amistad, Filarmed prepara una noche inolvidable: los instrumentos filarmónicos se transformarán en una poderosa orquesta de salsa acompañada de voces y baile en vivo.
La energía y versatilidad de los músicos de Filarmed se mezclarán con el ritmo de las congas y el sabor de la salsa brava en un espectáculo que promete contagiar a todas las generaciones.
Tributo a la Salsa, será una celebración para revivir los clásicos de los grandes titanes del género: Willie Colón, Rubén Blades, Héctor Lavoe, entre muchos otros, con temas inmortales como Pedro Navaja, Periódico de ayer, Plástico y más.
“La razón por la que decidimos hacer salsa este año es porque una de las características de nuestro trabajo es leer el entorno y conectarnos con lo que está pasando en la sociedad. Recientemente, artistas como Karol G y Bad Bunny, que tradicionalmente estaban en el reguetón, han explorado la salsa en sus producciones. Ese giro ha despertado un interés en las nuevas generaciones: volvieron a escuchar salsa, a querer aprender a bailarla y a redescubrir un género que muchos creían relegado frente a otros ritmos urbanos”, explicó María Catalina Prieto, directora ejecutiva de Filarmed.
Fecha: viernes 19 y sábado 20 de septiembre
Hora: Concierto (7:00 p. m.) y Fiesta vinilera (9:00 p. m.)
Lugar: Teatro El Tesoro de El Tesoro Parque Comercial
Boletería desde $85.000 en latiquetera.com

Tributo a la Salsa cuenta con el apoyo de Bancolombia y Cocrea, con agradecimiento especial a El Balcón de los Artistas y Latina Stereo. Este concierto es parte de la Temporada Cultural Medellín, organizada por Promotora Cultural y Proantioquia.
Cuando la salsa y lo clásico se encuentran
Aunque a simple vista puedan parecer mundos distintos, la salsa y la música clásica han estado siempre conectadas. Muchos de los grandes salseros tuvieron formación académica; como Rubén Blades, que estudió composición, o Eddie Palmieri, formado en piano clásico, y construyeron su lenguaje musical sobre bases sinfónicas antes de volcarse a la salsa. Esa mezcla entre disciplina académica y pasión popular es precisamente la que se refleja hoy en Filarmed.
Un ejemplo de ello es Vladimir Hurtado, trombonista principal de la orquesta. Inició sus estudios en la Escuela y Banda de Música de Jericó y ha brillado como solista en diversas orquestas del mundo. Al mismo tiempo, ha mantenido viva su conexión con la música popular: ha colaborado con proyectos como Puerto Candelaria, fue integrante de la orquesta de Willie Colón y ha compartido escenario como trombonista de Richie Ray y Bobby Cruz, verdaderas leyendas de la salsa.
En la misma línea, el brillo de la sección de trompetas también cuenta historias de doble raíz. Frank Londoño, trompetista principal, ha transitado con naturalidad entre lo clásico y lo popular. Ha hecho parte de agrupaciones icónicas de la música tropical como Grupo Galé, Grupo Caneo, la Big Band de Jazz de Medellín y Fruko y sus Tesos. Hoy aporta su experiencia y versatilidad al sonido de Filarmed, demostrando que la unión entre géneros es más poderosa de lo que parece.
Junto a él, se encuentra Ramón Paniagua, otro músico que lleva en sus venas la esencia tropical. Fundó y dirigió el Quinteto de Bronces de Medellín, fue parte de la Big Band de Medellín desde sus inicios, acompañó a artistas nacionales e internacionales, y en 2016 creó el ensamble QM Brass. Desde su ingreso a Filarmed como arreglista y asistente de trompeta, ha aportado una visión fresca que combina la tradición sinfónica con la vitalidad de la música popular.
En ellos, y en muchos otros músicos de la orquesta, se encarna ese diálogo natural entre lo clásico y lo popular, entre la partitura académica y el arte vivo de la salsa. El Tributo a los grandes de la salsa es también un homenaje a esas trayectorias híbridas que hacen posible que los muros entre géneros se desvanezcan y la música hable un solo idioma: el de la emoción compartida.