La música es un derecho cultural de cada ciudadano. Y la música sinfónica es un lenguaje universal sin barreras geográficas, que nos trae otras tradiciones y culturas del mundo, y que puede enriquecer las nuestras. Es además una ventana que nos permite descubrir y valorar artistas emergentes, talentos locales, nacionales y del mundo entero.
En Filarmed creemos en el poder de la música y estamos convencidos de que es un elemento fundamental para transformarnos como sociedad.
Por eso extendemos nuestra labor más allá de los grandes escenarios y hacemos de la ciudad nuestra casa para permitir que más personas se acerquen e interesen por la música sinfónica y construir una comunidad alrededor de ella.
Cruzamos barreras geográficas y musicales: llevamos la música a toda la ciudad, en plazas, parques, bibliotecas e iglesias, brindando experiencias diseñadas para el disfrute de toda nuestra comunidad, y nos unimos a artistas de diversos géneros porque en nuestro sonido siempre hay algo para todos.