La dulce vida
Tomás asegura que los pasteles de espinaca con queso ricotta que él prepara son los que come Popeye el marino que le proporciona superfuerza para derrotar a Brutus, el villano. También dice que antes de preparar alimentos es importante organizar la elaboración. A esta técnica se le conoce como Mise en place, proviene del francés y significa, “puesto en su lugar”; una especie de guión visual en la cocina que nos permite ser eficaces sin agobios. También “debes pesar la harina, la sal y hasta la leche”, dice él; agregar agua, azúcar, aceite para crear el prefermento. Todos estos, ingredientes necesarios para la masa, aquella poderosa mezcla que sirve como base para hornear los deliciosos pasteles rellenos de carne y pollo con pesto, o para preparar galletas de manzana y hasta los cuernos de frutos rojos y arequipe de “Consentidos Tomás”, su emprendimiento familiar. “También me encargo de poner bonito el toldo en el antejardín de mi casa para invitar a antojarse y endulzar la vida a todos los vecinos de Envigado, ¡ah y también cobrar!” expresa él.
Tomás Camilo Arango Pulgarín, hijo de Vilma Pulgarín y Mario Arango, tiene veinticuatro años de edad; fue diagnosticado, a la edad de cinco años con síndrome de Asperger*. Él ama profundamente la gastronomía, el fútbol, la pintura, los aeróbicos y hace parte de UIncluye, programa educativo para poblaciones con discapacidad intelectual de la Universidad de Antioquia; y de Soy Músico, programa de Filarmed que crea experiencias musicales para personas en situación de discapacidad. “La música para mí significa tranquilidad, es mi momento de esparcimiento, me ayuda a estar feliz y disfrutar la vida. Amo el piano porque es mágico, me ayuda a hacer las cosas con calma”. También despierta su talento y la creatividad cuando pinta, dice él: “mis colores favoritos son terracota, verde citrus, amarillo girasol, rojos fuego y Navidad, y me encanta el azul cielo. Son mis preferidos porque son muy apropiados para pintar paisajes y lugares del mundo. No me gustan los grises, son aburridos. Amo los coloridos, porque así es la vida misma, llena de color”.
Mario, su padre, tiene sesenta años, y transmite tranquilidad mientras habla, un estado que ha sido soporte para él y su esposa que no han “tirado la toalla” como dice él. “Todo este proceso ha sido una lucha diaria, incluso con el mundo; nos han cerrado las puertas en muchas partes, hemos recibido muchas negativas. Y entonces todo hay que hacerlo desde el amor y la paciencia, llenarnos de valor para convertirnos en titanes. Muchas familias queremos que este tipo de discapacidades sean visibilizadas y alcancen los derechos que se merecen”, expresa él, quien manifiesta que en nuestra ciudad —incluso en el país— aún existe desconocimiento y faltan políticas públicas efectivas relativas a la salud y la recreación, así como espacios de acceso a programas universitarios adaptados a la población autista adulta. “Y este es un asunto aún más inquietante porque si no se garantizan sus derechos será mucho más complejo potenciar sus habilidades para hacer de ellos personas autónomas y útiles en la vida laboral y social. Una verdadera dignificación de la persona”.
“Que sea feliz en lo que haga” le expresa con cariño Mario, mientras mira a los ojos a su hijo durante la entrevista. Tomás ha tenido el privilegio de contar con el apoyo de sus padres, quienes le han enseñado a sortear situaciones humanas como el compromiso, el conflicto, el riesgo, la dificultad, el engaño; además lo motivan a que siempre esté activo y estimulado. “Tomás es consciente de que nosotros no vamos a estar para siempre. Él debe aprender a tener control de su propia vida”, expresa la madre.
Por otro lado, la musicoterapeuta Deisy Gaviria de Soy Músico, cuenta que, aunque le cuesta a veces manejar la frustración cuando no logra un ejercicio, Tomás es perseverante y tiene sensibilidad musical; además, muestra empatía hacia sus compañeros, siempre muy buena disposición para aprender y disfruta mucho la música. Es respetuoso, atento a las necesidades del otro y le gusta entablar conversaciones teniendo en cuenta a los demás.
Tomás sueña endulzar muchas más vidas con su emprendimiento. “Seguir con mis estudios, incluso explorar cada vez más la música y la pintura para convertirme en un mejor ser humano…mi familia simboliza bienestar. Ellos me ayudan a no cometer errores y estar en paz. Le doy gracias a mis papas, por su amor y por ayudarme a entender el mundo”.
*Las personas con Asperger (que por la nueva clasificación diagnóstica se ha denominado Trastorno Espectro Autista Nivel 1), se caracterizan por tener dificultades para sostener la interacción social o comunicarse, acorde a los parámetros típicos de la sociedad. Suelen requerir rutinas inflexibles en su vida cotidiana y se preocupan de forma intensa por algunos intereses que les son particulares.
Me encanta la actitud de Tomás frente a la vida y como interactúa con los demás.
Aclaro su mamá se llama Patricia